San Mateo

Cada uno de los evangelistas escribió desde cierto punto de vista y con un determinado propósito. En el primer evangelio se presenta a Jesús como el Mesías Salvador por medio de quien Dios cumplió las promesas hechas a su pueblo en el Antiguo Testamento. El relato sigue un orden consecutivo, reseñando primero la genealogía y nacimiento de Jesús, para luego, dejando pasar un intervalo de más o menos treinta años, seguir con el ministerio del precursor Juan el Bautista (1.1—3.12).

El ministerio público de Jesús comienza con su bautismo y tentación (3.13—4.11). Luego el libro concentra su relato en el ministerio de Jesús en Galilea, donde predica, enseña y cura enfermedades (4.12—18.35), hasta que emprende su último viaje a Jerusalén (caps. 19,20).

Los sucesos de la última semana, que culminan en su crucifixión y resurrección, con sus apariciones subsecuentes, se narran en los capítulos 21—28. El evangelio concluye con el mandato de Jesús a sus seguidores de ir y hacer discípulos por todo el mundo.

El evangelio según san Mateo presenta a Jesús como el gran maestro, con autoridad para interpretar la Ley de Dios y enseñar sobre su reino. A tal fin, el cuerpo principal de sus enseñanzas se consigna en cinco grandes discursos o colecciones de dichos suyos: el Sermón del Monte, relativo al carácter, deberes, privilegios y destino de los ciudadanos del reino de los cielos, (caps. 5—7); las instrucciones a los doce discípulos enviados en misión evangelizadora (cap. 10); parábolas sobre el reino de los cielos (cap. 13); enseñanzas sobre lo que significa el discipulado cristiano (cap. 18), y enseñanzas sobre el fin de la edad presente y la venida del reino de Dios (caps. 24,25).
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