
Y esto otro es un paraguas para quien es fumador. Ahora que no se puede fumar en el trabajo, ni en los centros de estudios, ni en los centros comerciales (cosa que, personalmente, aplaudo), muchos fumadores acaban empapados porque necesitan su cigarrito aunque llueva. No hay problema. Alguien tuvo la feliz idea de incrustar un cenicero al palo del paraguas
