Britney Spears es una muñeca rota, una muñeca chochona; pero rota de igual manera. Si Stevenson viviera en nuestros días seguramente titularía su novela más famosa más o menos así: “El extraño caso de la Popstar Britney y Miss Spears”, además del sexo y la época, deberíamos cambiar el extraño brevaje que tomaba el Doctor Jeckill por la metanfetamina de la que abusó nuestra protagonista, y las visitas a los lupanares londinenses, por farras interminables con Paris Hilton, claro.
Y es que la realidad supera a la ficción. La bipolaridad de la antes virginal cantante ha provocado momentos hilarantes a veces y situaciones terribles otras. Después del salto he hecho una modesta recopilación de esos momentos que han pasado ya a la historia de la insubstancialidad mediática. Lo difícil no ha sido recopilarlos, lo difícil ha sido decidir cuales desechaba siendo tantos los momentos malos a destacar.
01. El corte de pelo. En uno de sus momentos más bajos la princesa del pop hizo un ejercicio de odio hacia si misma y mutiló aquello que podría llegar a simbolizar su más preciado tesoro: la belleza candorosa que sus publicistas nos querían vender. Aquello supuso toda una llamada de atención. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de los efectos que el “crystal” y Paris Hilton pueden tener sobre las tardíamente desvirgadas. Más tarde sabriamos de la falsedad de su intacto himen.
02. MTV Video Music Awards Iba a ser la gran reentré del año y termino como el rosario de la aurora. Una Britney ida, con la mirada perdida, se dejo la gracia y el ritmo en el camerino para estrenar ante millones de espectadores el nuevo single del que sería y es su último trabajo. Tras su nuevo grito de guerra, It´s Britney Bitch!, Britney perpetro la que sería su peor actuación y una de las más famosas.
03. Las bragas. Como si formara parte del repertorio de chistes de Arevalo, Britney siempre sale de cuchipanda, que desconoce lo que es; pero por si acaso va sin bragas. O con ellas; pero al aire. La Spears tiende a enseñar las bragas más que una modelo de “Victoria secret”, sólo que ella lo hace gratis, por amor a la exhibición impúdica.
04. Kelvin Federline Su ahora ex marido es un error en si mismo. Le dio dos hijos; pero también miles de problemas. Si en la separación de los Beatles la culpa de todo la tuvo Yoko Ono, en el caso de Britney Spears sus fans echan todas las culpas a este bailarín y cantante frustrado, reconvertido en millonario y jugador de Golf. Nunca una inseminación doble provocó una revolución financiera semejante. El tío, desde que se divorciara de la Spears ha engordado no sólo su cuenta corriente, como podéis ver en la foto…
05. El matrimonio mas corto de la historia. Jason Alexander tiene el honor de haber estado casado con Britney Spears durante cerca de 55 horas. Esa es su mayor distinción en esto de la insubstancialidad. Y como buen sinsorgo que es, hace declaraciones al mismo ritmo que la Spears se mete rayas. Si Ava Gadner tuvo que pasar 55 días en Pekin para alcanzar la cima del estrellato, este mamarracho sólo necesito 55 horas con la Spears para convertirse en una estrella de los medios.
06. El secuestro de sus hijos. La cantante sufrió un ataque de histeria en su propia casa que provocó que incluso acudiera la policía. Britney se negó a dar sus niños al guardaespaldas de su ex, Kevin Federline, que tenía que recogerlos. Se encerró en el baño con los dos pequeños, Sean Preston y Jayden James. Policía, helicópteros y todos los medios de comunicación provocaron un espectáculo mediático de proporciones bélicas. Al final, una Britney sedada y en camilla termino hospitalizada e internada durante días.
07. Britney a paraguazos con los fotógrafos. En pleno delirio a la Britney le entro “el síndrome Hannover” y se lio a paraguazos con los fotógrafos que la seguían. La foto de Britney en plena explosión histérica y rapada copó todas las portadas y blogs inimaginables a lo largo y ancho del mundo. La blogosfera ya nunca volverá a ser la misma tras esa foto. Después del de Rihanna, el de Britney es el paraguas más famoso.
08. El día del mechero. No se si lo hizo por llamar la atención o fue simplemente una gamberrada. La millonaria robo un mechero en una gasolinera delante de la tribu de paparazzis que siempre lleva a cuestas. Su cleptomanía resulto transitoria, su necesidad de atención mediática ya es crónica.
09. El disfraz de Halloween. Aquel día su natural inclinacion a vestir como un puton verbenero sin gusto llego a extremos difícilmente alcanzables. Sería interminable la lista de estilismos delirantes que la chavala ha lucido. Valga el espectacular modelito que lució la gachí el día de los muertos, que es como se quedaron los fotógrafos cuando la vieron, muertos, como ejemplo. Si queréis ver más modelitos de la chica podéis pasaos por trendencias, donde han dado buena cuenta de sus estilismos.
10. La controvertida virginidad de la cantante. Siempre nos vendieron la moto del celibato voluntario de la voluptuosa cantante. La credibilidad de ese himen incorrupto se desplomó cuando hablo Rg Jones, su primer novio, que contó que se la trajinó cuando esta no tenía más de 14 años. Luego su hermana vendría a demostrar que la precocidad es una característica genética de la familia. La cara de panoli del desvirgador bocachancla no tiene precio, lo que cobró por contarlo aun menos.
11. Cirugia estética. A veces ese epíteto que acompaña a “cirugía” resulta de lo más contradictorio. Y es que no resultan muy estéticas muchas de esas intervenciones. En el caso de Britney, su aficion al colageno, al restylane o a lo que quiera que le inyecten en los labios no le favorece en demasía. ¿Por qué esa tendencia de muchas celebrities a parecerse al Pato Donald?. Al restylane habría que sumarle las múltiples y variadas liposucciones de intensidades variables y efectos diversos.
12. De fiesta con Paris Hilton. Todo famoso recién llegado, recién descubierto, recién divorciado o recién caído pasa por ésta fase, la fase Hilton. Digamos que Paris es a los famosos, lo que las almorranas a los camioneros o las varices a las modelos, un inconveniente inconfesable, pero siempre presente. Britney no podía ser menos, y no bien se deshizo del padre de sus hijos se lanzó al asfalto angelino, a dislocar la cadera junto a la insustancial de nombre capitalino y apellido hotelero.
Pero como ya planteara Nietzche con su teoría del eterno retorno, es nuestro deber volver al lugar justo donde comenzó todo. No, no me refiero al baño donde se metió la primera fila, ni al asiento de atrás del coche donde le descubrieron las múltiples utilidades de un Chevrolet de quinta mano, no, me refiero a su primer gran momento musical, a aquel temazo de titulo premonitorio, “Hit me baby one more time”. La vida la hizo caso, le han dado una y otra vez y por todos los costados. Hondonadas de ostias que diría uno.
De este “Britney Sweet”, al más reciente “Britney Bitch” hay una historia arquetípica de triunfo y fracaso cuyo final desconocemos; pero que previsiblemente precederá a una redención o no. Eso si, el mundo ya no será el mismo tras esta suerte de crucifixión mediática. Habrá un Ante Britney y un post Britney, o si lo preferís, un ante metanfetamina y un post metanfetamina. Y es que las drogas no son buenas, y Britney… tampoco, tías!